El presente Artículo no me pertenece y fue escrito por "Abate" mi querido primo.
Miércoles 12 de Octubre del 2005, son la 23:30 hrs., un piño de jugadores chilenos con una camiseta roja, amontonados en el circulo central del estadio Nacional, cabizbajos, mordiendo la impotencia; en las galerías, 50.000 personas, en igual estado (o peor), se retiran del recinto deportivo mascullando un nuevo dolor, un nuevo sufrimiento, una nueva ilusión truncada, la razón, Chile eliminado del mundial de fútbol del 2006 a jugarse en Alemania, en la última fecha de las eliminatorias (para los argentinos y brasileños, estas son las “clasificatorias”).
Lo 1º que se hace después de un nuevo fracaso deportivo en nuestro país, es buscar culpables, este, el de “buscar culpables” a la larga se ha transformado casi en un nuevo deporte nacional; escuchar al hincha, al dirigente, al periodista, al jugador, hablar de lo que se debió haber hecho, que fulano de tal es el responsable, etc, etc, etc, da para un análisis sociológico interesante, el “país de las victimas”, todos son culpables menos uno mismo, uno sólo es victima; esta claro que el hincha es el único, que tal vez, se pueda salvar de la guillotina, pues es el que apoya y tiene el aguante a prueba de balas, en las galería, en los bares, en las casas; cualquier ser sensato de cualquier parte del mundo, ya hubiese dejado de apoyar una causa tan perdida como la nuestra, en todo caso, el hincha es responsable de una cosa, no menos importante, la ilusión necia que se crea en su imaginario, de vivir una experiencia religiosa con la selección de fútbol nacional, es decir, es culpable de su propio sufrimiento, o me van a decir que esta selección, como muchas otras selecciones chilenas nos han dado un motivo real de cree en ellos, de ilusionarnos con ellos, no faltara el majadero megalómano que me diga, el que no sueña, fantasea, no vive de verdad, no vibra, bueno, que siga así, va terminar lo más probable en el país de las maravillas, no en el Chile real. En todo caso, la siguiente crónica, no nació para fustigar a nadie, sino que para demostrar con pequeños ejemplos a través de nuestra historia deportiva, que “algo tenemos”, un “no sé que”, pero es un “algo” negativo, algo que llevamos en la sangre, en nuestras cabezas, o es un algo derechamente genético, tal vez, encontremos la razón -y nuevamente caigo en lo de victima-, en los delincuentes españoles que nos colonizaron, todos enviados desde una prisión española a nuestra tierra madre; la verdad, no lo sé, pero una cosa esta claro, salvo excepciones, SOMOS MALOS PARA EL DEPORTE EN GENERAL. Haber, vamos por parte, como nos explicamos los siguiente hechos; se viene a mi memoria el primer gran logro del deporte nacional, Manuel Plaza, el legendario Manuel Plaza, atleta representante de nuestro país en las olimpiadas de Ámsterdam de 1928, dicen las crónicas de la época que iba ganando “fácil”, el 2º iba a 1 km de distancia (la prueba era la maratón), creo que la gente que presenciaba la carrera decía que nuestro Manolito no iba ni cansado, pero algo sucedió, qué sucedió!!!, el destino, o un simple descuido, lo cierto es que nuestro Iron Man, se PERDIO, si, así de simple, se perdió faltando poco para llegar a la meta, a pesar de ello, lo sobrepasó un solo competidor, el hecho es que llegó, obviamente 2º, los periodistas de la época recuerdan la cara de demacrado del pobre ganador, mientras que nuestro Manuel Plaza podría haber competido otra vez y haber ganado, pero no fue así, y nuestro representante subió al podio como 2º (medalla de plata). Otro hecho, contemporáneo a la época de Manuel, fue el título del Forest Hill en EEUU (un grand slam de la época), de Anita Lizana en el año 1938, claro ella ganó el título, entonces porqué forma parte de esta crónica, bueno, lo cierto es que Anita, “nuestra” Anita tenía de chilena solo el apellido paterno, vivió toda su vida en EEUUU, se casó con un gringo, y cuando la mandaron a llamar desde Chile para homenajearla, al bajar del avión, sus primeras palabras fueron: “Oh, grisas por last benbenidua que mi han dejado mis querridous comp… comp… compartio.. otas”, o sea, cero dominio del idioma, y nuestro querido Chile celebró el triunfo como nuestro… anecdótico, folclórico de nuestra parte, por decir lo menos. Ahora nos remontáremos al deporte rey, el furbol, o mejor llamado fútbol; da para un libro escribir todas las anécdotas o sucesos que por alguna razón no nos permitieron celebrar un triunfo, así que, sólo me remitiré a escribir ciertos datos estadísticos, que le dan la razón a nuestros vecinos cuando nos dicen “pero shilenito, si vos no existís”. Veamos, Chile juega la Copa América desde que se inventó, o sea, desde su 1ª edición el año 1916, cuando jugaban 4 selecciones (Brasil, Argentina, Uruguay y nuestro Chile), a pesar de la creencia popular, los brasileños en aquella época eran malos, porque el fútbol a nivel profesional estaba prohibido para las personas de color, o sea, los negros jugaban solo en los barrios; Argentina y Uruguay, ganaron casi todos los primeros campeonatos, Chile, en TODOS, salio 4º, después se integró Paraguay, los chilenos nos frotábamos las manos, “dejaremos de ser los hazmerreír de Sudamérica “, resultado, Chile salio 5º, luego ingresó Perú, y ahí cambió un poco la cosa, salíamos penúltimos, en resumen, lo mejor que dejó el fútbol durante esa triste etapa, me refiero a la década de 1910 y 1920, es que a un jugador chileno en uno de estos campeonatos, se le ocurrió hacer una pirueta, que resulto ser estéticamente bella, lo que hoy conocemos como “la chilenita”, y pare de contar. La verdad es que la cosa no cambio durante las décadas posteriores, recién en 1955 sacamos un honroso 2º puesto en una Copa América (campeón Argentina, y Chile local), hecho que se repitió 3 veces más, o sea, 4 segundos puestos en más de 70 años y 40 ediciones de Copa América!!! Los mundiales son más conocidos por todos, cabe recordar que Chile fue a un mundial ganándose un cupo en la cancha recién en 1966, no se engañe, en 1930 y 1950 fue por invitación, y en 1962 fuimos locales, en las eliminatorias del 74, no se pudo jugar el partido definitivo con la Unión Soviética (repechaje), porque estos se negaron a jugar en el Nacional, porque era ocupado como campo de concentración durante la dictadura, o sea, bien podríamos haber perdido ese partido y no ir al mundial; los pasajes del mundial de 1982, se ganó de forma brillante, hay que decirlo, muchos apostaban por algo grande: Cazsely, Figueroa, Letelier, un juvenil Pato Yañez, entre otros, eran las cartas de triunfo, el guatón Santibáñez en la banca estaba llamado a hacer historia, resultado, Chile perdió sus 3 partidos, uno con Argelia (debutante en estas lides), y para más remate a nuestro ídolo “carlitos” se le fue un penal contra Austria que podría haber cambiado la historia. Bueno están las eliminatorias de 1998, que no fueron malas, pero las cosas por su nombre, con la dupla delantera más espectacular de nuestra historia los famosos “SAZA”, clasificamos 4º y por diferencia de goles con Perú, pero en el mundial pasamos a 8º de final -por 1ª vez en la historia, sin tomar en cuenta el mundial jugado en Chile-, me dirán los exitistas, pero SIN GANAR NINGUN PARTIDO. Trasladémonos a la copa Libertadores, se juega desde 1960, como siempre Chile miembro fundador, lo que se puede decir de este campeonato, es que en 46 ediciones, solo en “UNA” oportunidad un equipo chileno se ha alzado con el titulo, y en 6 ocasiones termínanos como no, 2º; mención aparte merecen las finales de 1973, 1982 y 1993. El Colo Colo de 1973 tendría que haber sido campeón sin discusión, pero una mano negra de la CSF no lo permitió, claro, ese es un hecho extradeportivo dirán algunos, pero siempre nos ocurre ¡¡¡a nosotros!!! La final de 1982, fue digna de Ripley, Cobreloa arrasando en toda Sudamérica, llega a la final con Peñarol, la 1º final en Montevideo, empate sin goles con gusto a poco, debió ganar Cobreloa, bueno, que importa si rematamos en Santiago; minuto 88’ del partido seguía el cero, que pasaba, ¿porqué?, si Cobreloa era amplio dominador, arrazo todo el año, ahora no podía ganar, en fin, contragolpe charrua y Morena decreta el 1-0 con el que Peñarol conseguía una nueva Libertadores. La de 1993 sólo merece un pequeño comentario “PAPELON”, 5 -1 en una final, demás esta decir que es la mayor goleada registrada por un equipo en una final de la Libertadores.
Por último, mencionar la medalla de bronce de Chile en Australia en el 2000, íbamos a la final, ganábamos 1-0, no quedaba nada, que pasó los últimos 5 minutos… si alguien tiene la respuesta, por favor dígala ahora o calle para siempre.
Finalmente esta el tenis, sí, no seamos más papistas que el papa, este deporte nos ha dado una que otra alegría, como dije al principio de esta crónica, hay excepciones, sólo recordar un hecho, final de la copa Davis de 1976, estadio NACIONAL, repleto, momento histórico, el mejor equipo chileno de la historia en Davis, jugábamos con Italia, que al igual que nosotros nunca había sido campeón, era el momento, sí, era el momento, se sentía en el ambiente, por fin campeones, que pasó… chile 1 – ITALIA 4, sin comentario. También agreguemos que tenemos al único nº1 del mundo que no ganó jamás un Grand Slam.
Pasa el tiempo y la hazaña de Colo Colo 1991 y el doble oro de Chile en Atenas 2004, parecen cuentos de hadas, magníficos relatos sacados del realismo mágico de García Márquez. En fin, sólo algunos ejemplos del cerro de hechos que me hacen pensar queridos amigos, porqué nos ilusionamos tanto, nos ha dado la historia deportiva de nuestro país motivos suficientes para despertar tan desmesurado entusiasmo, de donde proviene esa especie de masoquismo deportivo, el que tenga la respuesta que hable o calle para siempre.
ABATE